18 kilómetros separan ambas poblaciones. En Najera, hacia mitad del camino de hoy, he podido comprar unas plantillas de silicona, para intentar reducir las rozaduras que la plantilla original, con forma de cuchara en el talón, me provocan en esa parte del pie.
A carlos se le ve muy contento y animado con la rodillera, espero yo poder. Decir lo mismo mañana.
El albergue de hoy, en Azofra, es una pocilga. Lo que más rabia da es que en este pueblo presumen de tener el mejor de todo el camino, y es cierto, pero lo tienen cerrado hasta el 19 de marzo. Por lo menos no han variado las flechas del camino para conducirte hasta él, como pasa en Ventosa, por poner un ejemplo en el que te sacan de la ruta 1 kilómetro que luego debes recuperar.
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