El nuevo avance por el tablero medieval arroja un total de 20,5 kilómetros. Me acerco inexorablemente hacia el ecuador del camino. Ha vuelto a ser una etapa relativamente solitaria. He andado acechando al diablo que buscaba. Está tan desesperado tratando de cercar al ángel, que casi no se da cuenta de que lo observo. Me ha mirado, pero no me ha visto. Ha sido él quien me ha revelado, sin querer, la identidad del ángel. Espero estar cerca cuando se produzca el onírico encuentro.
En fin, que ir solo es una mierda. Espero que Carlos este repuesto de su descanso y me alcance uno de estos días. Echo de menos su conversación y sus risas; la camaradería es lo que tiene. Lo imagino estrangulando una oca por no permitirle avanzar con tanda de dados extra.
El albergue municipal de Castroeriz es frío de cojones, pero es ámplio y con buen ambiente: lo ocupamos un granadino de Jaen que vive en Malaga y yo mismo, pa qué más...
sábado, 6 de marzo de 2010
14° etapa Hornillos del Camino-Castrojeriz
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)








No hay comentarios:
Publicar un comentario