Jornada completita... Por la mañana he recorrido 22,75 kilómetros de nada; por la tarde he tenido el placer, y el honor, de asistir a una misa cantada en gregoriano. El lujo ha tenido lugar en el monastério de Samos, lugar en el que los benedictinos hacen vida monacal.
Portomarín recibe al peregrino tras cruzar un puente moderno sobre las aguas embalsadas del rio Miño, subir una escalinata medieval y atravesar la puerta de piedra a la ciudad.
martes, 23 de marzo de 2010
29° etapa Sarria-Portomarín
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