Por fin!! De tal modo entramos en contacto con Gaia en estos 25 kilómetros que no puedo menos que alzar las manos para abrazar a un árbol milenário en agradecimiento por apartarnos de carreteras.
La letra mayuscula del día es la llegada a la Cruz de Ferro, donde los peregrinos acostrumbran a depositar una pequeña piedra que portan desde sus lugares de origen. Yo portaba dos piedras con sendos deseos, destacando el de mi pequeña Marina.
Pero también quiso el destino que arribaramos a un enclave templario, lugar en que se ofrece de beber y comer al peregrino por un donativo. Los que custodian el campamento lo hacen ataviados de
caballeros del templo de Salomón, a la antigua usanza. Conservan, y veneran como una reliquia santificada, una antigua espada perteneciente a la orden. Uno de ellos ha hecho sonar una campaba que asegura see un llamador de ángeles.
El resto del día lo hemos pasado subiendo y bajando senderos, vadeando torrentes y traspasando umbrales al borde de la realidad.
miércoles, 17 de marzo de 2010
24° etapa Rabanal del Camino-Molinaseca
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)













No hay comentarios:
Publicar un comentario