32 kilómetros tan bellos como duros de andar. Ruítelan es justo el inicio de uno de los puntos fuertes del camino de Santiago: El Cebreiro. Diez kilometros de subida incesante, bajo una pertinaz lluvia que me dejó calado hasta la piel y un viento fortísimo que me hacía andar como si fuera saturado de orujo.
La llegada a la cumbre, regala con un poblado casi medieval, con pallozas gallegas y edificios de piedra y saber.
El tratamiento aplicado al dedo de mi pie izquierdo, el día anterior, dió un resultado excelente. He podido culminar mi meta inicial: esos diez kilómetros hasta O'Cebreiro. Tan bien me encontraba, que decidi continuar hasta Triacastela; 22 kilómetros más, nada menos. La bajada del Cebreiro es una ilusión óptica que se descubre cuando inicias un nuevo y duro ascenso al Alto do Poio, pero desde ahí hasta Triacastela es todo un tobogán de piedra, barro, torrenteras y mierda de vaca a "tutiplen".
Pocas fotos con tanta lluvia, que le vamos a hacer.
sábado, 20 de marzo de 2010
27° etapa Ruítelan-Triacastela
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)





No hay comentarios:
Publicar un comentario