Ya no sé si resulto pesado, pero he caminado 17 kilómetros de hastío por un andadero asfaltado junto a la misma carretera nacional que ayer, y que antes de ayer, y que el resto de la semana.
Me ha estallado la parte blanda del dedo pequeño del pie izquierdo. Una ampolla no tratada de forma adecuada se ha abierto en forma de grieta hasta buena profumdidad, el dolor ha sido terrible a cada paso. En Astorga, el médico, ha restado importancia a la herida, atendiendo mi deseo de no detener el viaje. Una buena cura en el centro de salud ha bastado.
Astorga es preciosa; pequeña pero llena de grandes contrucciones y monumentos.
He tenido noticia de que el ángel y el diablo han cruzado ya su mirada. Tres custodios dan fe del acontecimiento en los jardines del palacio episcopal.
domingo, 14 de marzo de 2010
22° etapa Hospital de Orbigo-Astorga
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